“La totalidad del alma, es decir, el sí-mismo, representa una conjunción de opuestos. Sin sombra tampoco el sí-mismo es real.“
 - Carl Gustav Jung
(Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo)

Es común en nuestros tiempos y contexto cultural observar e interactuar con el mundo (y nosotros mismos) de una manera unilateral, catalogando todo en términos de un único par de opuestos: lo “bueno“ y lo “malo“. Al rechazar e ignorar lo “malo“ no nos queda otra opción que vivir encerrados en la prisión unilateral de lo “bueno“.

“Todo es dual; todo tiene polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y distintos son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.“
- El Kybalión

Todo es dual, cada aspecto, ya sea material o espiritual; físico, mental o emocional. Existen innumerables polaridades ¿Y si lo bueno y lo malo no fueran una de ellas? ¿Si el concepto de bueno y malo fuese solo una construcción mental, una ilusión?. ¡Nos estaríamos perdiendo de tanto! ¡Y habría medio universo todavía por descubrir!

En esta oportunidad les invito a explorar algunas de estas polaridades, identificando como se manifiestan en nuestros cuerpos.

Si necesitás apoyo adicional, o si querés profundizar en estas prácticas, escribime a [email protected] .